
He conectado los dos detalles de los laterales de la fábrica y se ve perfectamente que es un paisaje ficticio en el que el único punto reconocible de Sevilla es su famosa Torre.
En esta otra factura de la misma empresa, pero del tamaño de una cuartilla (la otra era similar a un folio), el paisaje es más verosímil, pero igualmente ficticio.

Si repetimos la operación de antes y unimos los paisajes de los laterales de la fábrica podemos observar un puerto más homologable con el Guadalquivir, pero las montañas del fondo nos alejan de la realidad sevillana.
Lo que nos vienen a demostrar ambas facturas es el valor de símbolo de la Torre para localizar en Sevilla una vista standard que podía ser de cualquier puerto.
Para terminar con esta empresa presento una última factura de 1880 en la que los propietarios son ahora los hermanos Urquiza, pero el diseño no ha variado salvo en el rótulo de los titulares.

No hay comentarios:
Publicar un comentario