
En la factura hay un detalle significativo y es la medalla obtenida en la Exposición Sevillana, de 1858, patrocinada por los Duques de Montpensier. A un lado y otro de los títulos de crédito de la empresa están las dos caras de la medalla que obtuvo en el certamen. Este detalle nos indica que, ya, por lo menos, en esa fecha, o antes probablemente, estaba establecido en la ciudad.
Además ésta factura inaugura una serie en las que las medallas obtenidas en distintas Exposiciones se van incorporando al encabezamiento, hasta dar lugar a un modelo muy peculiar de factura, que yo defino como “factura medallero”.
El encargo que se expide en esta factura es un total de 32 claraboyas, para el Palacio de San Telmo. Esto me da pie a comentar el valor de estos documentos contables como testimonios históricos de primer orden. Seguro que en el edificio actual de San Telmo se pueden reconocer esas claraboyas, igual que otros elementos de los que estas facturas dan cuenta.
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