jueves, 9 de julio de 2009

José Frapolli Pelli, 1878 y 1879

Frapolli y Pelli, o viceversa, se entrecruzan continuamente, pero por estas dos facturas del primero, que presento en esta entrada, parece que los negocios de ambos se han desvinculado, por lo menos hasta cierto punto. Pelli sabemos que tiene ya un lugar destacado en Sevilla, con encargos importantes de otros clientes, además de los Duques, y vemos, en estas facturas, que Frapolli tiene su propia sucursal abierta en la ciudad, en la calle de las Marinas, 3 y 4, como se dice en la primera de ellas, fechada en el año 1878, o en la calle de la Marina, en singular, en la de 1879. Por cierto que no logro localizar esta calle, a no ser que fuera la llamada de “la Mar”, la actual García de Vinuesa, pero el nombre se le había cambiado hacia tiempo, y a la altura de estos años todas las facturas de los establecimientos de esa calle dan el nuevo nombre, y ni siquiera recuerdan el antiguo, como se suele hacer cuando es reciente el cambio o no ha calado en la gente. En otra factura distinta, también almacen de piedras para la construcción, pone "calle Marina, a orillas del río", es lo único que he podido averiguar.

Los encargos de estas dos facturas van destinados al Palacio de Sanlúcar. En la primera se trata de la adquisición de losas de distintas clases, pero muy caras




en la segunda, de un año después, 1879, la compra es de dos chimeneas de mármol blanco para el mismo Palacio.




En la cabeza de los Duques debía de estar la idea de dejar un palacio para cada hijo. A Isabel, la hija mayor, casada con el Conde de París, el Palacio de Villamanrique; a la malograda Mª de las Mercedes, el Palacio de Castilleja de la Cuesta; y a su único hijo varón con vida, Antonio, el Palacio de Sanlúcar de Barrameda. Ahora, con vistas ya al prometido enlace con su prima Dª Eulalia, hija de Isabel II, se preparan con tiempo las obras de mejora del Palacio.

Por último, analicemos las facturas porque obedecen a un nuevo modelo, distinto de los que hemos visto hasta ahora, que puede servir como tal factura pero también como papel de carta. El encabezamiento de la factura en vez de llenar la parte superior de la hoja, sólo ocupa el lateral izquierdo superior, como si fuera el membrete del papel para la correspondencia comercial. Ya lo hemos visto, por ejemplo, en algunas de la serie de facturas de Ramón Piñal, pero entonces no lo hice notar. A este modelo le llamo de factura-carta para definirlo, porque puede tener un doble uso, según las necesidades empresariales.

Aún respondiendo a un mismo modelo, cada una de las dos facturas tienen un estilo diferente. La de 1878 es más artística, con unos dibujos muy elaborados y bien elegidos, y en cambio la segunda prefiere la información, aún a costa de ser un poco farragosa y cargada. Por este motivo, la de 1879 es la más interesante para analizar, porque a través de ella nos enteramos de aspectos que en las otras no hemos podido advertir.

Lo más importante es conocer la estructura empresarial: casa principal en Carrara; sucursal en Sevilla; y depósitos en Málaga y Bilbao. La verdad es que deshace la idea que me había hecho buscando información sobre este personaje. A través de lo que he podido encontrar y leer, para mi su centro estaba en Málaga y desde aquí se distribuía a los clientes, por eso José Pelli había actuado como intermediario en un servicio anterior. Esta idea tenía su lógica porque el mejor medio de transporte de un material tan pesado como la piedra es, indudablemente, el barco y, por lo tanto, un buen puerto marítimo es esencial, como el de Málaga. Pero en este documento queda muy claro.

Queda también muy bien definida la gama de productos que pueden trabajar y servir. Se puede leer perfectamente y no hace falta copiarlo, además ya hemos visto como los Duques han adquirido bastantes de ellos.

También es muy interesante la Nota que acompaña a la factura. Es un nuevo mundo económico y las facilidades al cliente se detallan en un largo párrafo, que también es una novedad entre todas las facturas que hemos podido ver hasta ahora.

Por último, el detalle de cómo se sigue manteniendo en esta factura el recurso de los cambios de letras, viejo sistema que todavía hoy sigue vigente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

José frapolli Pelli, era natural de Lopagno, Cantón de Ticino, Suiza. Murió en Málaga en 1902. Como anécdota hay que decir que fue cónsul general de Suiza en Sevilla durante el tiempo en el que vivión en esa ciudad. Estaba casado con Matilde Ricca, natural de Sevilla y todos sus hijos nacieron en dicha ciudad.