jueves, 23 de julio de 2009

El segundo modelo de factura impresa de Dª Vicenta Carballo, 1865.

Este otro modelo de factura se debió de hacer en 1865. Contiene el mismo mensaje que la factura anterior pero se incluyen como modistas las hijas de Dª Vicenta que, junto a su madre, cosen para la familia de los duques.



Ahora los escudos están bajo un manto real de armiño rematado por una corona ducal. Del manto salen unas cintas que a su vez lo anudan y lo levantan para que se vean los escudos de los Orleans y los Borbones, cobijados bajo el manto. Diferentes roleos muy marcados, y algo más toscos que los de la anterior factura, aparecen encontrados y contrapuestos enmarcando el conjunto.

El taller ya no está en el nº 7 sino en el nº 6. Debió haber un cambio en la numeración de la calle Menjibar.

No aparece la empresa litográfica que lo hizo pero pienso que lo más probable es que se hiciera en el taller de Carlos Santigosa, por el estilo de la misma.

Aunque parezcan que los cambios son mínimos, ha cambiado lo más importante que es la sintaxis del diseño. Ahora lo que destaca por encima de todo es la titular del taller, con letras mucho más grandes que el resto, arriba del todo y con una curvatura que, visualmente, parece acoger en su seno el resto. Encima ahora de los escudos y rematando abajo la mención de ser proveedores de la Casa de la Duquesa, que no está dentro de una banderola. Ya no es tan apabullante como la anterior, ahora se trata de una modista que, con orgullo, expone que tiene como clienta a la Duquesa, porque en la anterior parecía que era al revés.

Otro detalle que merece la pena destacar, aunque no se si es casual o responde a una motivación concreta, es el cambio en el orden de los escudos. En la factura de 1853 (igual que en la del joyero de ese mismo año), el de los Orleáns estaba a la izquierda y en ésta a la derecha y el de los Borbones al revés. Pienso que en estas cosas los impresores y los empresarios estaban muy atentos para no cometer un error que pudiera molestar al Palacio. Nosotros, que investigamos en el Archivo, tenemos nuestra propia teoría, pero todavía está muy verde para exponerla. Lo dejamos en una simple observación, de momento.

Y por último, como ya destaqué en la otra entrada, observen que no pone la fecha. Sabemos que es abril de 1865 porque está incluida en las cuentas de ese mes, pero es un detalle muy significativo de esa confianza que tenían en Palacio con la modista de la Duquesa. La fecha y la firma del “recibí” son elementos indispensables de una factura, pero esta mujer no es una empresaria es más bien una modista al servicio de la Duquesa, que no está en las nóminas del Palacio sino que cobra por trabajos efectuados. Ya lo sugería en la entrada anterior y lo completaré en las otras.

M.D.R.D.

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