domingo, 14 de junio de 2009

La factura de 1871



Como se puede observar es una variante de la de 1867. La viñeta es la misma, pero se la ha aislado de lo que son las señas esenciales de la empresa (nombre y domicilio), que quedan arriba a la izquierda, aunque el nombre del propietario se mantiene en la parte inferior del dibujo.
El otro detalle que se debe destacar es la firma: Ramón Piñal y Alba, es decir el hijo, que ya desde 1868 debe participar activamente en este negocio, pero del que todavía no habíamos visto su rúbrica. También su hermano Federico firma en otra de las facturas de estos años. Los hijos van entrando en las actividades del padre, bajo su supervisión, porque hasta 1872 éste sigue dejando constancia con su firma de quien dirige la empresa.

Aprovecho que ésta es una entrada breve porque ya se dijo todo en la anterior, para aclarar algo que me han preguntado sobre el edificio que se ve a la izquierda. Para ello tomo prestado del libro de Diego A. Cardoso Bueno, Sevilla. El Casco Antiguo. Historia, Arte y Urbanismo, (2006), sus palabras:

Almacenes de Madera del Rey. Utilizados como lugar de depósito y distribución de las maderas procedentes de la Sierra del Segura, que llegaban a la ciudad a través del Guadalquivir, fueron construidos en 1735. Su planta es rectangular y originalmente tenía un solo piso abierto, en tres de sus frentes, por medio de grandes arcos sobre pilares, rematándose el conjunto con áticos y garitas, coronados por frontones con pináculos. El edificio ha llegado a nosotros completamente transformado, al levantársele dos plantas de pisos sobre la suya propia, clausurándose los arcos de las fachadas, y disponiéndose una estación de autobuses en su interior, hasta hace pocas fechas. Estas obras fueron dirigidas por A. Delgado Roig y A. Balbontín Orta hacia mediados del siglo XX (página 264).

Esta cita nos sirve además para comprender mejor tres aspectos. Primero, el nombre de la calle que aparecía en la primera factura del Almacén (calle Segura). Segundo, que el lugar elegido no es sólo por el nuevo puente sino también por estar al lado del lugar donde tradicionalmente llegaba la madera a Sevilla. La visión empresarial de D. Ramón Piñal queda refrendada de una forma incuestionable: ahí están en el dibujo, uno al lado del otro, el viejo y el nuevo almacén de maderas. Y tercero, la imagen del Almacén como fue construido en 1735, sin las modificaciones del siglo XX.

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